MADRID Y LAS VANGUARDIAS LITERARIAS

En Madrid compagina su trabajo en los trenes nocturnos de correo, con sus estudios y preparación literaria. Sigue colaborando con “ El Diario” y aparece su primer artículo desde la capital el 14 de enero de 1922 evocando la nostalgia de su pueblo castellano(“Bella plaza de provincia”). Pero el espíritu inquieto de Arconada  empieza a evolucionar. Capta la frivolidad de la burguesía madrileña y comienza sus reproches a una clase que no ha sabido llevar a cabo la revolución burguesa:” Es pobre y modesta en todo, hasta en ideas” (octubre 1922). El 2 de enero de 1923 se niega a participar en el homenaje que los palentinos en Madrid rinden al ex ministro Don Abilio, de esta manera rompe con su pasado y rechaza la estructura caciquil que representa el “ amigo” de su padre.
En 1923 ingresa en las filas de los redactores de Alfar, editada desde La Coruña por Julio Casal. Se dedicará fundamentalmente a la crítica musical, afición que le llevará a aprender solfeo y piano,  alterna sobre literatura de vanguardia y el ultraísmo. Será reconocido como uno de los primeros críticos musicales españoles de la música contemporánea. Desde 1923 hasta 1926 dará a conocer a los jóvenes músicos que están surgiendo en nuestro país: Ernesto Halffter, Oscar Esplá, Turina. Dará a conocer la música europea y todos los movimientos de vanguardia. Su libro publicado en 1926 En torno a Debussy  , impregnado de un espíritu orteguiano, defiende no sólo los nuevos movimientos musicales si no también una nueva estética.
En 1927 aparece La Gaceta Literaria, revista fundada por Ernesto Giménez Caballero, al que le unirá una amistad rota años más tarde, donde colaborarían las figuras más relevantes de la Generación de 1927. Arconada inicia desde el primer número su colaboración con temas musicales aunque no exclusivamente. Realiza entrevistas a personalidades literarias como Ramón Pérez de Ayala o Cansinos Assens , reseña las nuevas publicaciones tanto en España como en el extranjero y muestra su entusiasmo por un nuevo arte que ha nacido en los últimos años del siglo XIX el cinematógrafo. Su afición no sólo se ciñe a la crítica sino que colabora en 1928 con Luis Buñuel y Giménez Caballero en la fundación del primer Cine-Club. En el número 37 de La Gaceta hay un artículo que se titula <Posesión lírica de Greta Garbo> en donde César idealiza a la artista y su arte, alejada de la mediocridad en “el arrabal de la pasión”. A finales del 28 el redactor-jefe Guillermo de Torre marcha a América Arconada ocupa el cargo hasta septiembre del año 1929.
Arconada evolucionará hacia el compromiso político y aunque en un principio rechaza que el escritor  participe en política(número 25 del 1 de enero de 1928), para posteriormente en junio del 29 en la segunda encuesta que realiza la revista  sobre “Política y literatura” manifestar: “Hacen bien en matarse, en ser héroes, en sacrificar la literatura al servicio de la humanidad. Yo los admiro y los envidio”.
En estos años su firma aparece en la mayoría de las revistas literarias del país  tales Verso y Prosa, Papel de Aleluyas, Parábola, Manantial, Mediodía y Meseta.